miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cantan las calles de Tegucigalpa, son poetas los muros y las mujeres

Tegucigalpa

Tegucigalpa de barro y humo             
fauna humana enloquecida               
Tegucigalpa sin canteras               
de misteriosas callejas                 
y de balcones sin flores               
puentes de ida y vuelta                 
al más allá de lo inevitable           
con sus remedos de ríos                 
que apenas ruedan al mar               
Tegucigalpa marginada y rota           
Tegucigalpa de privilegios             
contraste de mis contrastes             
depósito de miseria y lágrimas         
arrastrando mi tristeza                 
en esas calles ya conocidas             
mil y mil veces recorridas             
capital de la ignominia                 
de la estúpida política                 
capital de mis enredos                 
del amor y el desamor                   
Tegucigalpa conmigo                     
Tegucigalpa contigo                     
ciudad mía pero ajena                   
ciudad de nadie pero amada             
dejaste cicatrices                     
en un cuerpo otrora hermoso             
otrora limpio                           
ahora viejo                             
cuando te adopté conmigo               
fue tu prioridad                       
atrapar mis pies vagabundos             
cortar mis alas                         
y transformar mi vivir intenso         
en esta loca sedentaria                 
sola solita sola                       
pero no cortaste mis manos             
para escribirte                         
para cantarte                           
Tegucigalpa de noche y día             
cómo me dueles toda                     
mi canto                               
eterno lamento                         
por esas horas                         
sola y perdida                         
¡ay! Tegucigalpa de mis amores         
de mis sueños                           
de mis ideales y penas                 
de los estancos unidos                 
de la siempre ciudad mía               
Tegucigalpa                             
implacable conmigo                     
sin respetar ni perdonar mi juventud   
envejeces pero aquí conmigo             
aquí loca y leal                       
cloaca testigo de mis tragedias         
así sucia o limpia                     
bonita o fea                           
grande o pequeña                       
me iluminas                             
aunque tenga tristes mis días           
y yo aquí amándote                     
odiándote                               
emborrachándome                         
pelear con todos                       
vivir aquí me obliga a algo             
a vociferar llorando                   
a amar odiando                         
a subsistir                             
¡ay Tegucigalpa de mis amores!
Juana Pavón
Y las Feministas en Resistencia de Honduras no se rinden. Salen todas las noches a hacer pintas en los muros de una ciudad que se atrinchera después de las 8 p.m., debaten sobre las formas de seguir en lucha, cuáles caminos les convienen al pueblo, qué debilidades conlleva haberle apostado a las políticas públicas para la reivindicación de sus derechos renunciando a su autonomía, qué peligro esconde la formación de "líderes" para un movimiento que nació de la horizontalidad de todas las mujeres.

Ellos
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Ellos no comprenden, Madre,
ellos no te han visto
sangrar como nosotros
ellos no vieron los buitres
sacarte los ojos
los perros
desgarrarte
ellos no oyeron tus gritos de angustia, Madre
Él nunca pudo entender mi ira
porque no te vio retorcerte
en la montaña
no te vio las manos quebradas
los labios rotos
el vientre hinchado de moretones
la vulva reventada
Él no te ha visto nunca, Madre,
él sólo tiene ojos para sí mismo
los edificios altos
y la corbata del domingo
No podía entenderme el alma hecha pedazos
porque no ha visto tus ojos desterrados
perdidos en el aire
ávidos de color
Él no ha limpiado tus manos desgarradas
No sabe el significado de un pañuelo blanco
o una canción lejana
o los colores de tu falda
Él no conoce el terror del silencio
La sensación helada de la sangre de los otros
sus gestos
sus gritos
sus cuerpos carcomidos en los escombros
sus cuerpos
tirados uno sobre otro
bañados de gasolina
Nunca olió la carne humana ardiendo
los peces en el aire
Amanda Castro
El 28 de septiembre, saldremos con ellas y los hombres de la resistencia a una marcha por el derecho al aborto libre y gratuito en toda América Latina, entendido como derecho a ejercer la propia libertad sobre nuestros cuerpos y nuestros proyectos de vida. Sin derecho al aborto no hay ética, en cuanto no hay opción a la buena vida, opción al bien vivirla, al decidirnos por lo que consideramos un bien o un mal menor.
Las artistas y los artistas también actúan diario, leen poemas, pintan en las calles, intentan un registro de las imágenes de la resistencia, de la represión, de las expresiones creativas de un pueblo en lucha. Llevan que zanahorias, que papas, que apios, que trozos de carne a las madres de los barrios para que alimenten con sus ollas comunes a esa resistencia que no le otorga ningun derecho de representación al gobierno de Porfirio Lobo.
Algunas mujeres me gustan
El olor de sus cuerpos
las espirales del pensamiento
los tonos de sus voces
Melissa Cardoza
Y ni hablar de las y los estudiantes: sus marchas están prohibidas, son de antemano prohibidas, pero esas muchachas salen con sus cantos, sus cuerpos volcado a la risa de quién sabe qué razón, pero razón rebelde.
En este país, donde el debate sobre la no violencia es realmente de altura -no mamadas de buenismo, sino preocupación por la vida de las y los integrantes de la resistencia, de los sindicatos, de los barrios, y que asume la responsabilidad de definir qué es la autodefensa en asambleas donde todas y todos tienen la palabra- las y los estudiantes son los únicos que salen a pelear con la policía piedras y bastones en mano; en dos ocasiones la repelieron de la universidad, la tercera fueron derrotados por la propia rectora que la mandó llamar (y algunos de nuestros brillantes filósofos amigos, como Ramón Romero, la secundaron).
El día de la Independencia de Centroamérica, que se festeja el 15 de septiembre, un grupo de músicos, Café Guancasco, iba a dar un concierto en San Pedro Sula. Son músicos de extracción popular, buenísimos, que tienen una gran cantidad de seguidores e interpretan los sentires de sectores muy diversos de la población: campesinos, maquileras, carpinteros, amas de casa. Antes de sus conciertos toman la palabra poetas, actrices y actores que recitan poemas y parlamentos de obras conmovedoras, niñas y niños que suben al escenario para mostrar y explicar sus dibujos. En ese escenario pacífico y festivo, la policía llegó a disparar más de mil cartuchos de gases lacrimógenos, matando de sofocación a un anciano, y rompieron instrumentos y altavoces, amén que la mano de un músico, según una dinámica que iniciaron hace un año cuando empezaron a romperles las manos a los estudiantes de cirugía que habían demostrado simpatía por la Resistencia al Golpe (¿lo aprendieron de esos conquistadores que en el norte de México, en el siglo XVI, le cortaban el dedo pulgar a los chichimecas para que no sigueran tensando sus arcos?, ¿matar campesinos es una forma de continuar con la empresa de occidentalización forzada de América?).
Con esa misma actitud de llegar a golpear para sembrar muerte y desconcierto, menos de un mes antes, después de un acto de artistas e intelectuales a favor de la resistencia, y de una manifestación de apoyo a las campesinas y campesinos de la COPINH, al Consejo de Ancianas y Ancianos del Pueblo Lenca, a las poetas y cantantes feministas, la policía entró a un barrio y disparó sobre 18 carpinteros, todos jóvenes, todos comprometidos con su barrio, y luego les echó la culpa a los mareros (Salvatruchas, M18, no importa, de todas formas presuntos integrantes de bandas delincuenciales que regresaron a Centroamerica desde Los Ángeles, California, donde habían sido entrenados por el FBI contra los grupos de chicanos antirracistas, al finalizar las guerras de liberación nacional, a principios de los años 1990). En toda América latina, y en México principalmente, sabemos que construir a unos delincuentes como los culpables de todos los males de la nación, tiene muchas implicaciones políticas.
las mujeres somos esa multitud
de mariposas - gatas - panteras
y brujas del mundo

parimos y no parimos
y hacemos del amanecer
arrullos de bocas frescas
sacudimos el mantel
y en cada cuerpo erotizado
emprendemos
la lucha cotidiana

somos bandera -himno - brassavola
y toda la belleza
enredada en bugambilias

vendemos fuerza de trabajo
cuidamos la prole
rompemos la nostalgia
y entre llanto y llanto
volvemos a empezar

matria es
amor, lucha, fuerza. tempestad
mujeres
con olor a fogón - yuca - maíz
conciencia y pasión
somos estrellas
luminosas y ardientes
cuando olemos opresión

la patria es matria

Blanca Guifarro
Honduras enseña, enseña mucho. Debatir sobre qué es un pueblo en la desaparición del estado-nación, qué es la represión de una voluntad política, qué significa la resistencia política pacífica, aprender a escuchar todas las voces, a analizar qué pone en riesgo el cambio de las alianzas económicas para una región [por ejemplo dejar la SICA, Sistema de Integración Centroamericana, órgano colegiado que requiere de la presencia de todos los miembros de la unión centroamericana en la OEA para pedirles fondos al FMI, a la Cooperación Europea, o a cualquier instancia internacional -¿será por eso que Funes pretende reconocer, reconocer, reconocer al golpista Porfirio Lobo para que vuelva a la OEA?- por el ALBA, sistema de integración latinoamericana que se sostiene en el intercambio de bienes necesarios en la región]; pues, debatir, escuchar y analizar son instrumentos de una nueva política, una política que revoluciona la idea de un dirección unitaria y autoritaria, partítica, de un movimiento. Algo que las viejas y viejos marxistas dogmáticos deberían aprender a respetar y reconocer.




                                               Chepos quiere decir Tiras en Honduras.


                                                          Luchamos por ti PUEBLO.




                                                      Blanquito no pintes mañana vuelvo.