martes, 28 de septiembre de 2010

CABAL, CHEQUE, PURA VIDA

HONDURAS DESDE EL AUTO DE ZOILA
¿Cómo decir en mexicano lo que es cabal en Guatemala, cheque en Honduras y pura vida en Costa Rica? ¿Cómo expresar algo que es una síntesis para decir que todo está bien, que se puede aguantar y que nos da fuerza para seguir, mezcla entre órale, chingón y de acuerdo? Es que Honduras está cheque porque en cualquier rincón de este país surgen formas de responder a la brutalidad de los ricos y la estupidez de los militares que dieron el primer golpe de estado de la era neoliberal.
Ante el poderío de la familia de Efraín Duarte Baires, profesor pedófilo, es decir acosador de menores, del Instituto Dr. Genaro Muñoz Hernández de  Siguatepeque (Ciudad de las Mujeres, la bautizó un nahuatleco perdido por ahí), los estudiantes se pusieron en huelga. Las cuatro muchachas acosadas hasta la molestia lo denunciaron, denunciando de paso que sus amiguitas, amiguitos y el director de su instituto, Melvin Adalid Martínez, por defenderlas están enfrentando amenazas de muerte, llamadas a la policía y el sindicato magisterial. Es que los sindicatos se niegan a entender que el acoso sexual es un delito, que toda mujer o niña/o vale lo que un macho adulto y que el machismo en estos países pobrecitos es tan jodido como el hambre, explica el papá de Melissa, don Joaquín, desde lo alto de sus 70 años, de los cuales 48 años en la docencia y la dirección escolar.
La familia del acosador tiene militares y abogados entre sus miembros. Las madres de las estudiantes son humildes. Cheque: nadie se va a rendir ni va a aceptar buenas notas para una beca a cambio de retirar la denuncia.
Estamos dándole la vuelta a Honduras. Zoila nos ha prestado su auto, que ella no usa porque estacionar en Tegucigalpa es demasiado complicado. Ni hablar de manejar por sus calles. Es que en el antiguo cerro de plata (Tagus Galpa, en lengua lenca, eso significa) se abren boquetes, se hunden avenidas, se caen estadios.
Cheque. Zoila es generosa como los frutales hondureños y lo que tiene lo comparte.
Y cabal, salimos de Tegucigalpa. Llegamos a Comayagua, la segunda capital de esta provincia de Honduras que, según los jesuitas del siglo XVIII, muchos de ellos mexicanos, era la provincia más pobre del imperio español en América. Probablemente por caliente, digo, pero mis comentarios contra el pegosteoso y sucio calor del trópico les caen muy mal a Melissa y Helena que son iguanosas. Podrían moverse en el mundo anfibio de los 40°. Podrían comer y bailar en él. Yo mal sobrevivo al calor sólo si no hago nada. Nada quiere decir nada: pensar es una actividad que en el calor me es imposible.
Comayagua es bella. Colonialona, pues. Cualquier idiota de la secretaría de turismo en México la convertiría en “pueblo mágico”. Así se matan los más bellos pueblos de México: plástico sobre estética pura, frenesí alcohólico de tarde de sábado para hijos de papá narcos o panistas. Todo da igual, todo se vende, todo es historia para el mercado, sea cultura nahua, chichimeca o ñañú la que subyace a las piedras: Zacatecas, Real de Catorce, Xico, Real del Monte, Malinalco, Coatepec….
Y Gracia, en el departamento de Lempira, es todavía más bella. Fue la primerísima capital de esta provincia de la otra Capitanía General de Guatemala. Claro, sus cas y jardines han sido recuperados por el cooperativismo español, por la Junta de Andalucía, por lo que sea neocolonialismo con rostro buenaonda que tape las maldades de Bilbao Vizcaya, Telefónica o Repsol.
Cheque: en Honduras toda la resistencia sabe lo que es neocolonialismo. Su otro nombre es irrespeto.
Y en la fría Intibucá, deliciosamente verde, llena de coníferas, con hongos sabrosísimos que crecen bajo las coníferas, el pueblo lenca se organiza, discute, se pasa la palabra, construye comprensión de la realidad al observarla juntas y juntos, mujeres y hombres, sabias, niños, campesinas, dirigentes, cargadores de leña, curanderas. No se puede hacer ningún cambio si no se combate a la vez la miseria, el machismo y el racismo, dice Berta Cáceres, dirigente de su pueblo, integrante de él. Pelea contra las represas, contra la privatización del uso de los recursos hidráulicos, contra los cortes de carreteras, contra la idea que el progreso es una buena cosa. Hija de la que fue la primera presidenta municipal de Esperanzas, mujer y lenca, quien antes y después de su cargo político fue partera y trajo más de 4000 niñas/os al mundo obligando a los padres a asistir al parto porque “sólo conociéndolas los hombres van a aprender nuevamente a respetar a las mujeres, como antes de la Colonia”, pues hija de ese mujerón Berta es otra bruja lenca capaz de prever que del diálogo se organiza una sociedad más justa que la actual.
Y del frío al calor, pasando por valles donde hay lagunitas de donde con cada tormenta salen disparados peces que llueven en Yoro; pasando por árboles frutales, cooperativas campesinas, ventas del mejor café de Centroamérica (sí, mil veces sí: en Honduras se bebe buen café). Hasta la costa atlántica donde en 1797 llegaron esos garífunas libertarios, que son caribes y son negros, sin poder renunciar ni a una mínima parte de su ser mestizos fuera de todo control.
En Tela, en Ceiba en Cirigoya, las y los garífunas construyen una salud para todos y todas. Médicos  formados en Cuba que saben que el derecho a la salud es un derecho humano y por lo tanto no puede venderse ni comprarse, debe garantizarse. Luther Castillo dirige el Hospital de Cirigoya, lo hace desde la libertad. Lo acompañan estudiantes que van y vuelven de Cuba, que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar en ningún otro lugar de América Latina y ante los cuales llegan ganaderos que lloran de dolor y que ellos y ellas atienden. El hospital se mantiene de donaciones, también la de las estudiantes del Seminario de Feminismo Latinoamericano de la UACM, donación chiquita chiquita, es bien aceptada y conmueve. Es que los pueblos tenemos todos algo en común, dice Luther.


 Fran y Meli


Zoila del carro.




 Calles de una Hondura derrumbada por las lluvias. (La Esperanza y carreteras).
Los zapatos criticados por todos pero amados por mi.



 Primer Hospital Popular Garífuna de Honduras en La Ceiba


miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cantan las calles de Tegucigalpa, son poetas los muros y las mujeres

Tegucigalpa

Tegucigalpa de barro y humo             
fauna humana enloquecida               
Tegucigalpa sin canteras               
de misteriosas callejas                 
y de balcones sin flores               
puentes de ida y vuelta                 
al más allá de lo inevitable           
con sus remedos de ríos                 
que apenas ruedan al mar               
Tegucigalpa marginada y rota           
Tegucigalpa de privilegios             
contraste de mis contrastes             
depósito de miseria y lágrimas         
arrastrando mi tristeza                 
en esas calles ya conocidas             
mil y mil veces recorridas             
capital de la ignominia                 
de la estúpida política                 
capital de mis enredos                 
del amor y el desamor                   
Tegucigalpa conmigo                     
Tegucigalpa contigo                     
ciudad mía pero ajena                   
ciudad de nadie pero amada             
dejaste cicatrices                     
en un cuerpo otrora hermoso             
otrora limpio                           
ahora viejo                             
cuando te adopté conmigo               
fue tu prioridad                       
atrapar mis pies vagabundos             
cortar mis alas                         
y transformar mi vivir intenso         
en esta loca sedentaria                 
sola solita sola                       
pero no cortaste mis manos             
para escribirte                         
para cantarte                           
Tegucigalpa de noche y día             
cómo me dueles toda                     
mi canto                               
eterno lamento                         
por esas horas                         
sola y perdida                         
¡ay! Tegucigalpa de mis amores         
de mis sueños                           
de mis ideales y penas                 
de los estancos unidos                 
de la siempre ciudad mía               
Tegucigalpa                             
implacable conmigo                     
sin respetar ni perdonar mi juventud   
envejeces pero aquí conmigo             
aquí loca y leal                       
cloaca testigo de mis tragedias         
así sucia o limpia                     
bonita o fea                           
grande o pequeña                       
me iluminas                             
aunque tenga tristes mis días           
y yo aquí amándote                     
odiándote                               
emborrachándome                         
pelear con todos                       
vivir aquí me obliga a algo             
a vociferar llorando                   
a amar odiando                         
a subsistir                             
¡ay Tegucigalpa de mis amores!
Juana Pavón
Y las Feministas en Resistencia de Honduras no se rinden. Salen todas las noches a hacer pintas en los muros de una ciudad que se atrinchera después de las 8 p.m., debaten sobre las formas de seguir en lucha, cuáles caminos les convienen al pueblo, qué debilidades conlleva haberle apostado a las políticas públicas para la reivindicación de sus derechos renunciando a su autonomía, qué peligro esconde la formación de "líderes" para un movimiento que nació de la horizontalidad de todas las mujeres.

Ellos
_
Ellos no comprenden, Madre,
ellos no te han visto
sangrar como nosotros
ellos no vieron los buitres
sacarte los ojos
los perros
desgarrarte
ellos no oyeron tus gritos de angustia, Madre
Él nunca pudo entender mi ira
porque no te vio retorcerte
en la montaña
no te vio las manos quebradas
los labios rotos
el vientre hinchado de moretones
la vulva reventada
Él no te ha visto nunca, Madre,
él sólo tiene ojos para sí mismo
los edificios altos
y la corbata del domingo
No podía entenderme el alma hecha pedazos
porque no ha visto tus ojos desterrados
perdidos en el aire
ávidos de color
Él no ha limpiado tus manos desgarradas
No sabe el significado de un pañuelo blanco
o una canción lejana
o los colores de tu falda
Él no conoce el terror del silencio
La sensación helada de la sangre de los otros
sus gestos
sus gritos
sus cuerpos carcomidos en los escombros
sus cuerpos
tirados uno sobre otro
bañados de gasolina
Nunca olió la carne humana ardiendo
los peces en el aire
Amanda Castro
El 28 de septiembre, saldremos con ellas y los hombres de la resistencia a una marcha por el derecho al aborto libre y gratuito en toda América Latina, entendido como derecho a ejercer la propia libertad sobre nuestros cuerpos y nuestros proyectos de vida. Sin derecho al aborto no hay ética, en cuanto no hay opción a la buena vida, opción al bien vivirla, al decidirnos por lo que consideramos un bien o un mal menor.
Las artistas y los artistas también actúan diario, leen poemas, pintan en las calles, intentan un registro de las imágenes de la resistencia, de la represión, de las expresiones creativas de un pueblo en lucha. Llevan que zanahorias, que papas, que apios, que trozos de carne a las madres de los barrios para que alimenten con sus ollas comunes a esa resistencia que no le otorga ningun derecho de representación al gobierno de Porfirio Lobo.
Algunas mujeres me gustan
El olor de sus cuerpos
las espirales del pensamiento
los tonos de sus voces
Melissa Cardoza
Y ni hablar de las y los estudiantes: sus marchas están prohibidas, son de antemano prohibidas, pero esas muchachas salen con sus cantos, sus cuerpos volcado a la risa de quién sabe qué razón, pero razón rebelde.
En este país, donde el debate sobre la no violencia es realmente de altura -no mamadas de buenismo, sino preocupación por la vida de las y los integrantes de la resistencia, de los sindicatos, de los barrios, y que asume la responsabilidad de definir qué es la autodefensa en asambleas donde todas y todos tienen la palabra- las y los estudiantes son los únicos que salen a pelear con la policía piedras y bastones en mano; en dos ocasiones la repelieron de la universidad, la tercera fueron derrotados por la propia rectora que la mandó llamar (y algunos de nuestros brillantes filósofos amigos, como Ramón Romero, la secundaron).
El día de la Independencia de Centroamérica, que se festeja el 15 de septiembre, un grupo de músicos, Café Guancasco, iba a dar un concierto en San Pedro Sula. Son músicos de extracción popular, buenísimos, que tienen una gran cantidad de seguidores e interpretan los sentires de sectores muy diversos de la población: campesinos, maquileras, carpinteros, amas de casa. Antes de sus conciertos toman la palabra poetas, actrices y actores que recitan poemas y parlamentos de obras conmovedoras, niñas y niños que suben al escenario para mostrar y explicar sus dibujos. En ese escenario pacífico y festivo, la policía llegó a disparar más de mil cartuchos de gases lacrimógenos, matando de sofocación a un anciano, y rompieron instrumentos y altavoces, amén que la mano de un músico, según una dinámica que iniciaron hace un año cuando empezaron a romperles las manos a los estudiantes de cirugía que habían demostrado simpatía por la Resistencia al Golpe (¿lo aprendieron de esos conquistadores que en el norte de México, en el siglo XVI, le cortaban el dedo pulgar a los chichimecas para que no sigueran tensando sus arcos?, ¿matar campesinos es una forma de continuar con la empresa de occidentalización forzada de América?).
Con esa misma actitud de llegar a golpear para sembrar muerte y desconcierto, menos de un mes antes, después de un acto de artistas e intelectuales a favor de la resistencia, y de una manifestación de apoyo a las campesinas y campesinos de la COPINH, al Consejo de Ancianas y Ancianos del Pueblo Lenca, a las poetas y cantantes feministas, la policía entró a un barrio y disparó sobre 18 carpinteros, todos jóvenes, todos comprometidos con su barrio, y luego les echó la culpa a los mareros (Salvatruchas, M18, no importa, de todas formas presuntos integrantes de bandas delincuenciales que regresaron a Centroamerica desde Los Ángeles, California, donde habían sido entrenados por el FBI contra los grupos de chicanos antirracistas, al finalizar las guerras de liberación nacional, a principios de los años 1990). En toda América latina, y en México principalmente, sabemos que construir a unos delincuentes como los culpables de todos los males de la nación, tiene muchas implicaciones políticas.
las mujeres somos esa multitud
de mariposas - gatas - panteras
y brujas del mundo

parimos y no parimos
y hacemos del amanecer
arrullos de bocas frescas
sacudimos el mantel
y en cada cuerpo erotizado
emprendemos
la lucha cotidiana

somos bandera -himno - brassavola
y toda la belleza
enredada en bugambilias

vendemos fuerza de trabajo
cuidamos la prole
rompemos la nostalgia
y entre llanto y llanto
volvemos a empezar

matria es
amor, lucha, fuerza. tempestad
mujeres
con olor a fogón - yuca - maíz
conciencia y pasión
somos estrellas
luminosas y ardientes
cuando olemos opresión

la patria es matria

Blanca Guifarro
Honduras enseña, enseña mucho. Debatir sobre qué es un pueblo en la desaparición del estado-nación, qué es la represión de una voluntad política, qué significa la resistencia política pacífica, aprender a escuchar todas las voces, a analizar qué pone en riesgo el cambio de las alianzas económicas para una región [por ejemplo dejar la SICA, Sistema de Integración Centroamericana, órgano colegiado que requiere de la presencia de todos los miembros de la unión centroamericana en la OEA para pedirles fondos al FMI, a la Cooperación Europea, o a cualquier instancia internacional -¿será por eso que Funes pretende reconocer, reconocer, reconocer al golpista Porfirio Lobo para que vuelva a la OEA?- por el ALBA, sistema de integración latinoamericana que se sostiene en el intercambio de bienes necesarios en la región]; pues, debatir, escuchar y analizar son instrumentos de una nueva política, una política que revoluciona la idea de un dirección unitaria y autoritaria, partítica, de un movimiento. Algo que las viejas y viejos marxistas dogmáticos deberían aprender a respetar y reconocer.




                                               Chepos quiere decir Tiras en Honduras.


                                                          Luchamos por ti PUEBLO.




                                                      Blanquito no pintes mañana vuelvo.



martes, 21 de septiembre de 2010

De San Salvador a Tegucigalpa

Todas aquellas que piensan que este año seré muy, muy disciplinada nomás porque estoy haciendo de mi sabático un año de investigación vivencial, caminada, a la escucha de ideas de otras mujeres, sepan que es cierto pero.....

AHORA ESTOY FELIZ PORQUE ESTOY ESCRIBIENDO

Novela, por supuesto.

El placer de la palabra, la explicación narrativa que sólo se lee en la dinámica del construir frases. Placer del decir, gozo. Tiempo suspendido, como un orgasmo que no acaba.
Orgasmo: control del placer para incrementarlo; deseo y miedo de no alcanzarlo; suspención del ritmo de respiración; frotación y fantasía. Y concreto estar con dos dedos sobre un teclado caliente -escribo con dos dedos, nunca estudié para secretaria.

Para la academia siempre hay tiempo, el decir programado es nuestra nueva cárcel.
Cárcel posmoderna a la que las mujeres luchamos para entrar.
Cárcel que, ay de nuestras historias milenarias de encierros, a muchas produce placer.
Academia como monasterio.
Academia como matrimonio.
Academia como postríbulo.
La academia se parece a las amenazas/consejos de los viejos conservadores: ¿de qué vas a vivir si te dedicas a la escritura? De no ser tan cobarde hubiera siempre gritado la verdad: ¡De la vida, mierda!
O de no ser, también, tan entrañablemente una historiadora: La concreción, el principio de realidad, como lo llama mi amiga María del Rayo, nunca me ha permitido tirar todas mis seguridades -todas las carcelitas que me dan seguridad- por la borda.

Pero ahora estoy en Tegucigalpa (Tegucigolpe le dicen las Feministas En Resistencia).
En Guatemala he escuchado a las mujeres más interesantes en años: novedosas, fuera de toda corriente, principal o afluente que sea, analistas de su aquí y ahora, crítica del racismo vivido en carne propia, críticas del machismo católico construido en 500 años de colonialismo, fortalecedor de culturas patriarcales anteriores, sumado a mandatos de control popular, también vivido en carne propia. lesbianas mayas, libertarias mayas, deconstructora del lugar social de las mujeres garífunas, mestizas en procesos de des-latinización.

En El Salvador me he percatado de la libertad narrativa de los pinceles de las mujeres. ¡Qué pintoras las salvadoreñas!!! Qué narradoras de la realidad: todas deberíamos tener el derecho de ver los paisajes, las infancias retratadas, las abstracciones íntimas de Rosa Mena Valenzuela. Y es que en ese paísito -el más pequeño de América... y el más abarrotado- hay pintores magistrales, no sólo el genial Salarrúe, también Carlos Cañas (a quien entrevisté hace más de veinticinco años y cuyo cuadro, entonces escondido en su estudio, está ahora colgado en el Museo Nacional de Arte, prueba de que el arte puede dar memoria histórica porque interpreta el horror tanto como la esperanza) y mi amigo Oscar Soles. Pero, caray, qué pintoras: desde la viejísima Ana Julia Álvarez, pasando por Zélie Lardé y Julia Díaz, mujeres que pintaron aunque en sus tiempos el reconocimiento no era seguramente algo que le tocara a las mujeres, hasta interesantes jovencitas, salvadoreñas de nacimiento o de adopción.

En El Salvador, el arte me ha salvado. Y la presencia de nuestra buena amiga, la feminista Mercedes Cañas. Porque por lo demás: qué decepción el paisito que después de veinte años de dizque paz -la paz de las maras, la paz de la violencia callejera, la paz de la delincuencia fomentada desde el estado para decir que nada se puede hacer en un país de violentos- ha finalmente ganado las elecciones. Con un partido cuyo nombre remite a los sueños de una revolución transformadora:  FMLN. Un partido que tiene a un periodista de CNN como presidente, un hombre casado con una brasileña que por motivos de supuesta testosterona nacional cree que puede interpretar la música, la pintura, la literatura salvadoreña y actúa como buena esposa de presidente: despótica, ignorante, todopoderosa. Un país que no le ha apostado a una moneda regional, a un mercado regional, a la integración de una democracia popular regional. Para muestra un botón: la moneda salvadoreña es el dólar estadounidense.




Ahora estamos en Tegucigolpe. Ayer un  pedazo del Estado Nacional, un lugar público, popular, de grandes concentraciones de estado, se le vino encima a un taxista que murió, a otros dos que se salvaron, y a cinco transeúntes que quedaron muy mal heridos. Ni modo que no piense que éste es el costo de la corrupción. Ni dios ni falsos discursos de globalización (ese que la corrupción es un fenómeno global, en todo el mundo sucede, no hay nada qué hacer.... ya saben, estos discursos todas los hemos oído de nuestras madres, de la televisión, de los curas, sirven para que no pensemos que nos acompañarían si decidimos actuar, sirven para justificar que no harán nada). Nada de eso: el Estadio Nacional se le vino encima a los transeúntes de Tegucigalpa por los mismos motivos por los que las carreteras de Guatemala son arrasadas por aludes, en las calles del DF se abren boquetes y las presas de todo el mundo se desbordan: corrupción. Es decir, ahorros sobre la seguridad de las y los demás: varillas demasiado delgadas, cemento con demasiada arena, piedras porosas que cuestan menos y permiten un ahorro sobre los fondos públicos que va a bolsillos privados.

Estoy en Tegucigolpe y me encuentro con mujeres maravillosas, dialogo con ancianas y ancianos, conozco a maestras que desde hace 14 meses están en la resistencia. Su libertad me da libertad: yo escribo, escribo, escribo. Historias de amor, inventos, realidades vividas y reelaboradas desde el recuerdo que es siempre mentiroso y explicativo a la vez. Se escribe porque vuelven las ganas de vivir, de aferrarse a la palabra. se escribe porque de no hacerlo sería triste este sol que brilla tras la lluvia como un niño travieso que seduce después de haberle prendido fuego a la palapa de los instrumentos de labranza.

















ESTOY EN TEGUCIGOLPE Y ESCRIBO, ESCRIBO, ESCRIBO COMO UNA ESCRITORA QUE HA SIDO PUESTA EN LIBERTAD

El domingo, por ejemplo, estuvimos con una anciana hermosa, doña Pascuala de Opalaca, es decir Pascuala Vásquez, coordinadora del Consejo de Ancianas y Ancianos, memoria viva del pueblo lenca. La señora no mide ni un metro y cuarenta, tiene algo así como "me acerco a los 70" (en palabras textuales), y es la guía espiritual de su pueblo, al que fue a representar a Guatemala, en una reunión de los guías espirituales de toda América, a la que -por supuesto- no fuimos requeridas (más bien nos dijeron de irnos para Honduras para que no nos acercáramos. Como somos feministas, Helena y yo entendimos perfectamente que no es que no nos quieren, nomás que no pertenecemos. Ojalá lo entendieran los hombres que nos acompañan y se ofenden porque no deseamos su presencia en las reuniones del "entre nosotras").

La escoltamos al aeropuerto de Tocontín, Helena, Melissa y yo. Su fuerza, su mera presencia es tal que nadie podía dejar de mirarla, y no sólo porque no usa zapatos -que no lo hace, porque ella con sus pies acaricia siempre a la Madre Tierra. Como no sabe leer, le pedimos a un señor miskito, don Doroteo, que la acompañara; el hombre casi se desmaya de la emoción: qué honor, qué honor repetía mientras le daba el brazo para que la viejita, que sube cerros como una cabra, se apoyara en él para sortear las escaleras eléctricas.  
Estábamos muy, muy emocionadas de haber tenido la oportunidad de saludarla mientras iba a subirse a los aire, ella que conoce cómo inicia la historia de la tierra. Doña Pascuala es la mujer que sabe hacer composturas, la que habla con los cerros, la que defiende los ríos de las empresas privadas que quieren construir represas que los desvían provocando desastres naturales... Doña Pascuala nos dijo: yo nací para luchar, se jodieron los golpistas.
Pero bueno, Melissa sabe describirla mejor que yo:

PASCUALITA POR LOS AIRES

Allá,  surcando el cielo, junto a don Doroteo, nuestra apreciada Pascualita realiza su primer vuelo en avión. La llegada al aeropuerto, su fila entre los corbatudos y las pelos planchados, todos blanqueados por el mestizaje nacional, ya fue un revuelo.
Con su metro y tanto de altura, su pañuelo colorido y los pies descalzos, Pascualita hace revoluciones donde se para.  Por si faltara más, trae su morralito donde se lee COPINH. La dirigente de los ancianos y ancianas del pueblo lenca no se ve nerviosa aunque como ella dice, sería mejor que fueras vos conmigo.
Ya en el mostrador, el joven que organiza su vuelo le busca una conexión directa porque le parece injusto que tenga que ir a San Pedro y llegar tan tarde,  da cuenta a sus compañeros y compañeras de que una mujer muy encargada e importante está ahí y que hay que darle toda la asistencia necesaria. Ofrece una silla de ruedas, pero como bien le dice un compa, No, si ella caminar, camina bien. Ah, pienso al ver al jovencito con el pelo engominado y camisa impecable, este no le vería el polvo a Pascualita, montaña arriba, allá en Opalaca. Observo a los demás que se muestran con esa importancia que la gente viajera se da en los aeropuertos, como miran de reojo nuestra escena y me digo: si les tocara verla con un micrófono enfrente.  
La señora de la migración dice: qué linda la viejita, con una cara realmente de ternura que parece le hace recordar a su abuela, seguro lenca; y la otra murmura, lo bueno es que no tiene que preocuparse de quitarse los zapatos. Lo cierto es que Pascuala Vásquez es la personaje del aeropuerto internacional de Toncontín este día.  Nadie es inmune a su paso ligero y su presencia mágica.   
Tan pocas veces una ve gente como Pascualita en los aeropuertos, gente que no sólo no habla inglés ni viste traje, sino que no ha ido a la escuela, pero sabe porque tiene la memoria completa de un pueblo luchador en su cabeza tapada;  que no entendería la diferencia entre una puerta de salida y otra, pero sí conoce de cómo fue el inicio del tiempo en esta tierra; que no le da importancia al rollito de billetes verdes, pero organiza voluntades para que sobrevivan los ríos de los pueblos indígenas; y que no le importa la aeronáutica civil porque tiene contacto directo con el de allá, señala su dedito torcido hacia el techo.
Y, no sólo, sino que le vale riata un pasaporte con nombre y edad porque ella sabe su identidad, que es como la de quién escribió una consigna en la marcha del 15 de septiembre: Nací para luchar, se jodieron los golpistas.  


melissa cardoza
20 de septiembre 2010.

Helena, que tiene la sana irreverencia de las adolescentes en el habla y la sana reverencia de las sabias en la imagen, la ha bautizado Pascualonji y le ha pedido permiso para sacarle una foto:



jueves, 16 de septiembre de 2010

Las estudiantes y la huelga en la Universidad San Carlos de Guatemala

Desde hace dos meses, las y los estudiantes de la Universidad Nacional San Carlos, en Guatemala, están en huelga para defender la autonomía de la misma, acabar con los exámenes de admisión que, aquí como en todo el mundo, no son otra cosa que filtros para garantizar no la calidad de los estudios, sino el gasto presupuestario de la administración; eso es, son exámenes para la exclusión de las y los más en pos de la exclusividad de pocos/as privilegiados/as. La situación de las mujeres, estudiantes y maestras, se devela en toda su crudeza durante esta "crisis".
Mejor que yo, la feminsita guatemalteca y maestra Ana Silvia Monzón explica que piden las estudiantes guatemaltecas:
UPA, EPA y ¿MUPA?
Ana Silvia Monzón
 "No es el poder lo que corrompe sino el miedo. El miedo a perder el poder corrompe a los que lo detentan y el miedo al látigo del poder corrompe a los que están sujetos al mismo". 
Aung San Suu Kyi, Premio Nóbel de la Paz
Las mujeres universitarias venimos elaborando, desde hace dos décadas, una serie de planteamientos, demandas y reivindicaciones que si bien se enfocan en la situación y condiciòn de las mujeres, no desconocen el entorno sancarlista ni las condiciones sociales que continúan excluyendo a las mujeres, sobre todo indígenas, ladinas y mestizas rurales, cuyo acceso, permanencia y egreso de los estudios superiores sigue siendo limitado por cuestiones económicas, políticas y culturales.
En los varios diagnósticos realizados para perfilar la situación de las mujeres en la Universidad se revela la exclusión, discriminación y marginación, así como los casos de violencia, acoso sexual y laboral, por razones de género y etnia.  Se ha identificado la ausencia de democracia en las estructuras universitarias, de manera que son escasísimas las mujeres con algún nivel de decisión académico-administrativa en una universidad donde, en más de trescientos años, sólo ha habido dos decanas, ninguna rectora, dos o tres directoras de Escuela y/o de Centros Regionales, y excepcionales representantes en el Consejo Superior Universitario.
Durante tres lustros la exposición de esta realidad fue negada, descalificada y por supuesto no atendida. Cuando finalmente se logró un espacio institucional para promover las reivindicaciones de las mujeres, se sentaron las bases para realizar otros cambios necesarios que, sin embargo, aún no se han dado: una política de equidad de género, una agenda de investigación, una propuesta para contar con un sistema de información universitaria con enfoque de género/etnia que permita establecer quienes componen la comunidad universitaria, así como el monitoreo de los procesos que, quienes ejerzan cargos de dirección universitaria, deben promover para garantizar equidad y apertura democrática en el gobierno universitario.
En ese marco y siguiendo esa línea de pensamiento, se presentó este año una Agenda político-académica de las mujeres universitarias que reitera los planteamientos anteriores y, ante la evidencia de que la  situación de las universitarias (estudiantes, docentes, extensionistas, investigadores y administrativas) no es ajena a la discriminación, vulnerabilidad y los riesgos a que están expuestas las mujeres en Guatemala, planteó  "crear una Defensoría Universitaria de Derechos Humanos, que contemple la observancia y garantía de los derechos de la comunidad universitaria, particularmente de las mujeres, indígenas y afrodescendientes al interior de la Universidad".
Estos son sólo algunos puntos de las discusiones que las universitarias hemos visibilizado, y que en el momento actual que se califica como una "crisis" adquieren plena vigencia porque se conectan con las demandas de transformaciones en la USAC a todo nivel.
Diversos espacios se han conformado en estos días  para poner nombre a malestares que incluyen violaciones a derechos laborales, a la libertad de expresión, aguante, conformidad y silencio.  Situaciones que, combinadas, han limitado la movilización y organización para hacer frente a los poderes instaurados en la Universidad.
Y este despertar es una ganancia de la "crisis" que, si se logra potenciar, dará lugar a los cambios que urgen en nuestra Universidad afectada, como otras universidades públicas en Latinoamérica, por la pretendida hegemonía del pensamiento único que no admite disidencias, cuestionamientos ni diversidades y que, en el plano económico, todo lo que toca lo convierte en mercancía.  Para muestra basta observar la situación actual en la Universidad Autónoma de Honduras y en las universidades públicas de Costa Rica.
Las voces de las mujeres y su presencia es innegable  en esta "crisis", sobre todo su postura de rechazo a la violencia ante actos deleznables como los golpes propinados por funcionarios y profesores a estudiantes en condición de desventaja, y ante voces airadas que demandan el desalojo de las/los estudiantes de EPA.
Ya surgió EPA-Estudiantes por la Autonomía, ahora UPA -Unión de Profesores por la Autonomía, cuándo surgirá MUPA? Mujeres por la Autonomía? porque siendo consecuentes con las acciones realizadas desde hace dos décadas, esa visión no debe faltar...la Autonomía sin las mujeres no va.
15-9-2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un quince de septiembre en Guatemala

Agotadas, eso es: estamos agotadas.
De emociones, de voces que necesitamos entender, de ese placer de aprender que nos lleva a escuchar historias de fuerzas femeninas más poderosas que el dolor y a sentir en carne viva el dolor de los miles de muertos que han abonado la historia de Guatemala. Una historia que trae hasta el presente la Conquista, la continuidad de la Colonia. Una historia que está también en las cajas de cartón repletas de los restos de seres humanos, todos indígenas, que abarrotan los pasillos y los cuartos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, donde trabaja Ofelia Chirix, antropóloga feminista kakchiquel, convencida que la justicia nace del entendimiento de las razones de la sinrazón y de la sensibilidad en el trato con las personas.
Agotadas porque la historia no puede beberse a sorbos demasiado grandes. Es demasiado fría y da dolor de cabeza. O es demasiado caliente y te quema la lengua.
Después de salir el 11 de Xelajú, donde en diálogo con Sakirival Aguilar, Angelina Curruchiche y Mayra Leyva, analizamos la necesidad de entender la construcción de las élites indígenas, Maya Cu, nuestra querida amiga poeta, en Ciudad de Guatemala nos ha llevado a la Casa Roja, ese Libre Café que dirige Poncho, amante del cine, feministo como mi Coquena, amigo de las poetas, hombre suave que sabe preparar café.
Ahí el 12 de septiembre tuvimos un primer maravilloso convesatorio con Estela Cujum, quien sostiene que definirse maya en la sociedad guatemalteca contemporánea implica una posición política y asumir compromisos, la propia Maya, quien afirma que le urge reconocer a otras mujeres para construir su pensamiento, a Adela Delgado Pop, educadora popular feminista queqchí que se asume como una mujer maya con derecho a decidir si usa o no su traje tradicional, a la antropóloga y poeta Dorotea Gómez que por ser feminista y quiché ha llegado a analizar cómo ninguna definición de pueblo implica homogeneidad ya que en todos hay jerarquía de clases y a Quimi de León, de Voces de Mujer, que se cuestiona mucho definirse desde toda forma de identificación pues la cuestiona la pertenencia a cualquier comunidad, a Lili Muñoz, socióloga y feminista en construcción permanente que pone en duda la posibilidad de una definición étnica del mestizaje, y Anaité Galeotti quien se define des-latina para construirse en una identidad antirracista sin negar que es mestiza.
La conversa, esa manera de hablar hasta que la lengua se da vuelta sola en la boca, duró toda la tarde y se prolongó hasta la noche, que es una especie de territorio deshabitado en Centroamérica, donde las calles se vacían al ponerse el sol. En ella Gladys, quien nos acompañó, intervino en varias ocasiones criticando el liberalismo del feminismo "imperante", aquel que reivindica la igualdad moderna y homogeiniza equivocadamente las necesidades de las mujeres.
No sé ni siquiera cómo le haré para desgrabar esa charla que saltaba de un punto a otro, todos fundamentales por demás.
Pero la necesidad de digerir lo escuchado se enfrentó a la imposibilidad de abstenerse de comer, hasta provocarnos una verdadera indigestión de saberes. El 13 de septiembre tuvimos un gran encuentro con Emma Chirix, feminista kakchiquel que sostiene que lo individual nunca se desconecta de lo colectivo, así como lo privado nunca está separado de lo político. Esta maestra, enfermera, socióloga que estuvo entre las fundadoras de Kakla, el primer grupo feminista maya, tiene una historia que en sí misma es un libro de sociología. Su crecimiento como persona pasó siempre por la organización, la crítica y la acción. Con ella hablamos de sexualidad, cuerpo, represión, educación, confrontación entre mujeres y pasamos de afirmar que la imposición de la higiene es siempre un dispositivo normativo, pues regula como la estética qué es limpio, qué es aceptable, qué es lo que debe purificarse ante de entrar en contacto con los poderosos, hasta el analizar la educación desde el contraste -cuando no la contradicción- entre las actitudes de verdaderos afectos y las de caridad.
Por la tarde, la clase de dignidad que nos proporcionó la revolucionaria Yola Colom, escritora del propio paso sobre la tierra, solidaria amiga del recuerdo de su pareja, el filósofo poeta y dirigente revolucionario Mario Payeras, maestra popular comprensiva y capaz nos mantuvo con la nariz levantada hacia su rostro por otras cuatro horas.
Con ella entendimos perfectamente que hay que hacer cuando se es mestizas o inmigrantes o de algun modo no definidas desde la alteridad: hay que identificarse. Porque como lo dijeron Lili, y Paula, y Melissa que vino de Honduras para acompañarnos, y la historiadora Ana Silvia Monzón, la misma Helana y yo: quien no está en la situación de subalternidad construida por la cultura dominante (las ladinas, las mestizas, pues)  es la única que tiene el derecho a no identificarse, a confundirse con la norma, a universalizarse, y ese supuesto anonimato es el primer rasgo de dominación sobre los otros pueblos.
Gustavo, ¿dónde estás? ¿te sirve esto para tus estudios sobre estética? Caray, ¡cómo pensamos en las lecturas que tenemos de las ideas de Gustavo Cruz hoy!!!! ¿Te zumbaron los oídos en México?
En fin, eso es algo del porqué estamos agotadas.
Y las historias de Honduras, y los desamores que nos acompañan, las nostalgias que atraviesan a Helena por su papá y por su tortuga Tommaso....
Así que hoy, para despedirnos de Gladys que volvía a Totonicapán, decidimos tomarnos el día de la Independencia de Guatemala (¿qué Independencia, pues?) para pasear. A última hora Maya Cu no pudo acompañarnos y Melissa decidió ir a entrevistar a las estudiantes en huelga de la Universidad San Carlos (fundada en 1675).
Con Helena y Gladys nos subimos a una camioneta a las 6.30 de la mañana. La ciudad despertaba entre bandas de escuela, trombones, adolescentes vestidos de mosqueteros, de bomberos, de generales, cohetes y gritos de algarabía. Llegamos a La Antigua, bella y festiva. A las 8.30 vimos dos espléndidas muestras de fotografía guatemlateca contemporánea, una dedicada al pueblo garífuna y otra a las tribus urbanas, luego desayunamos en el mercado y salimos de las calles atiborradas de más fiesta patriotera. Paso tras paso, discutimos, dialogamos, nos soltamos a llorar ante nuestra despedida. Caray, cómo se le puede querer a la inteligentísima Gladys Tzul, siempre atenta a las palabras, a los libros, a la colonialidad de las expresiones académicas, a las construcciones ideológicas... es la persona más llena de vida que hemos conocido en años, ¡una fuerza del deseo de conocer!!! 
Pero qué va, quién dice que después de eso íbamos a poder domir.
Llegamos a la capital de regreso listas para la cama. Esta es la última noche antes de nuestro último día en Guatemala y queremos aprontarnos a despedirnos también de Maya y de Javier Mosquera, el gran amigo de Coque hoy mi amigo, cuando nos dimos cuenta que Meli no estaba, que era tarde, que dónde chingao está...
Meli ha llegado a las 11 de la noche (en Centroamérica es una hora realmente asustadora). Blanca como un trapo. Es que apenas salió de la pensión, por la mañana, ligera y libre rumbo a la Universidad tomada por las estudiantes, quedó atrapada en medio del fuego cruzado de narcos y policías frente a un centro comercial del centro.
La historia de Centroamérica se escribe con sangre: 5 heridos, dos de ellos graves, los 12 guardaespaldas del capo se fugaron con él, ilesos.
Y acaece a la vuelta de la esquina, en el camino de todos los días, durante los festejos patrios, cuando se atreviesa la calle con los niños tomados de la mano.
Por supuesto que después de ese relato no podíamos ya dormirnos.
Se nos ocurrió prender el internet. Claro, cómo no: en Honduras, en San Pedro Sula, un concierto de Café Guancasto, un grupo de rock bastante crítico a los festejos por la Independencia organizados por Pepe Lobo -presidente más que espurio, presidente golpista-, la policía y el ejército decidieron intervenir la fiesta, disparar más de 1000 cartuchos de gases lagrimógenos en la plaza abarrotada, golpear a músicos, viejitos, bailarines y niñas....
Chingá, y ¿quién no va a estar agotada en la historia presente, siempre presente de Nuestra América?


 Gladys Tzul Tzul, Francesca Gargallo, Yolanda Colom y Melissa Cardoza


Día de la Independencia (15 de septiembre)


Melissa Cardoza mostrándome las fotos de desaparecidos
en Guatemala, Ciudad Guatemala